April 5, 2013

Ministerio de Pañales

La tarde del último viernes del mes, la pequeña sala de una iglesia episcopal que se emplea para brindar talleres, conferencias y reuniones a los miembros de la comunidad, se llena de cajas de pañales de todas las tallas habidas y por haber y de bolsas plásticas para que Chila y Melesia entren en acción. El rostro de estas mujeres irradia felicidad. Una vez al mes viven la realización de su sueño de servir a su comunidad y a otras comunidades aledañas al ofrecerles pañales a las madres que los necesiten para sus hijos e hijas.

Hace tres años, con entusiasmo, compromiso y dedicación Chila, Melesia y otros líderes laicos y laicas como ellas, participaron en el proceso de conseguir fondos para sustentar este ministerio, en parte proveniente de la generosidad de otras comunidades episcopales más pudientes. Aprendieron a llevar las listas de nombres y direcciones, así como el número de niños y niñas que necesitan los pañales que se ofrecen a las familias que reciben otras prestaciones comunitarias para su subsistencia y, por cierto, las tallas que van cambiando de un mes a otro a medida que crecen estos bebés. También, y muy importante, estuvieron de acuerdo en que este servicio de amor en Cristo se ofreciera en otra iglesia de diferente confesión que ofrece mercados una vez por mes a necesitados de la misma comunidad. De esta manera instituyeron un ministerio diaconal que inspira a feligreses de una confesión a ofrecer servicios fuera de ella y que cuenta con el apoyo financiero de otras comunidades de fe.

En el caso de este ministerio, es importante mencionar que no sólo se acercan a la mesa de Chila y de Melesia las madres que buscan pañales para sus criaturas, sino también los/las que necesitan entender mejor las reglas establecidas para poder obtener mercados el cuarto sábado de cada mes. De hecho, éste es otro ministerio diaconal en español que se ofrece a la iglesia que ofrece los mercados.

Chila y Melesia dicen que son felices y que disfrutan dar con amor y recibir a cambio sonrisas y agradecimiento. Cuando lo ven necesario y oportuno invitan a sus clientas a que visiten su iglesia. Su gozo es inmenso cuando esa invitación se hace realidad. También ofrecen visitar a las madres de niños o niñas con impedimentos físicos. El amor a Dios y a su prójimo llena el corazón de estas líderes que sirven al mundo con constancia, generosidad de espíritu y sobre todo con el gozo de servir.

Cuando las visito veo cómo ellas hacen sonreír a las madres cuando les preguntan por sus bebés por sus nombres y comentan lo rápido que están creciendo y que esperan que estén bien de salud. Chila y Melesia también saben que seguirán en contacto con esas madres más allá de la talla de los pañales de sus hijos e hijas.

Chila y Melesia son abuelas mentoras y compañeras que forman parte del ministerio de mujeres llamado Rut y Noemí, mentoras y compañeras, que junto con otras abuelas y madres laicas como ellas pidieron ser entrenadas para ofrecerse como mentoras y compañeras de madres jóvenes. Que Dios siga bendiciendo a estas líderes y a las comunidades que ofrecieron y siguen ofreciendo apoyo financiero para que estos ministerios diaconales perduren y sirvan de puente entre congregaciones y comunidades para que crezca cada más y más el reino de Dios en el mundo.