September 3, 2013

Sí, y…

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Una amiga íntima y una colega que más bien es una conocida son blogueras. Una de ellas es pastora en una iglesia presbiteriana y escritora, la otra es actriz. Y hace poco ambas escribieron sobre la improvisación1. Más específicamente, ambas reflexionaron sobre la técnica teatral “sí, y…”, que requiere que uno tome lo que le dan y que improvise sobre ello. Muy brevemente, uno tiene que decir “sí” a lo que le han dado, en lugar de lo que hubiera querido, pensado o esperado recibir.

Eso ya es difícil de por sí. Pero esta técnica teatral va más lejos: esa palabrita de una sola letra, “y”, implica una infinidad de confianza en nuestros dones, habilidades y dedicación. “Si, y…” indica que hemos aceptado al mundo tal y como lo recibimos y luego nos hace una invitación. ¿Ahora qué va a hacer usted para mejorar el mundo o tomar otro paso adelante? ¿Cómo va a construir sobre ese cimiento?

Últimamente he estado usando mucho la técnica “sí y…”. Mi marido, que también es sacerdote, y yo, hemos sido colaboradores en ministerio por muchos años. Ahora él está próximo a jubilarse… de hecho, acaba de anunciar su jubilación, pero a mí todavía me quedan fuerzas para 12 a 15 años más de ministerio activo. Sí, Sherod se jubila y yo acabo de empezar un proceso de discernimiento para tomar el próximo paso en mi ministerio, tratando de encontrar el próximo lugar que tenga el tipo de energía, vida y necesidad que me invita a profundizar en mi vocación.

Mi “sí, y…” ocurre en una iglesia que todos sabemos que atraviesa momentos difíciles. Sí, ya lo sé, y mis experiencias como sacerdote me han preparado para trabajar con esa realidad en lugar de resistirla o de permitirme caer en pensamientos mágicos que me inciten a pensar que puedo pasar a otro puesto de ministerio sin mayores esfuerzos. Para mí parte de salir adelante es aprovechar y emplear la experiencia de haber servido en lugares marginados. Por medio de este blog quiero compartir con otras personas de la Iglesia Episcopal las notables oportunidades de ministerio que encontré en los márgenes, donde no hay ni claridad ni certeza, pero sí hay un sinnúmero de invitaciones a decir sí y. Y son esos tipos de experiencias sí y con las que he sido bendecida que espero compartir con ustedes.