January 31, 2014

Mentoría Para Carreras Vocacionales y Universitarias Ofrecida a Estudiantes de Escuela Secundaria

En inglés.

Los dos últimos años de escuela secundaria son de suma importancia para los/las jóvenes de nuestras comunidades, incluidas las comunidades latinas. El mensaje que constantemente reciben estos/as jóvenes, tanto de parte de sus padres en sus hogares como de sus educadores/as y de sus consejeros/as en sus escuelas secundarias y vocacionales, es el mismo que reciben todos los estudiantes en esos años decisivos y a la vez complicados de sus vidas, independientemente de su origen étnico, cultura o clase social. 

El mensaje es que no sólo tienen que permanecer dedicados/as a sus estudios y obtener buenas calificaciones, sino que también deben comenzar a pensar en y a planificar sus estudios terciarios antes de solicitar ingresar a universidades comunitarias o a universidades después de finalizar la escuela secundaria. Incluso si no desean cursar estudios universitarios, necesitan recibir apoyo para determinar qué oficios o carreras vocacionales desean escoger, teniendo en consideración sus deseos y habilidades. 

No importa lo que estos/as jóvenes estén pensando y deseando sobre su futuro. Cuantas más personas a su alrededor se ofrezcan a ayudarlos/as, mejor y más fácil les resultará tomar decisiones si se sienten apoyados/as y acompañados/as por personas que les demuestran que emprender una carrera es importante para el bien de sus comunidades y el de la sociedad en general. 

En muchas iglesias episcopales se han establecido programas de apoyo académico y actividades extracurriculares que se ofrecen después de las horas de clase, incluyendo un programa de mentores y mentoras para estudiantes que deseen explorar carreras universitarias o vocacionales. 

Para todos los jóvenes de escuela secundaria, tener un mentor o una mentora diferente de los consejeros y consejeras de la escuela es una oportunidad de ser escuchados con atención, entusiasmo y admiración y de recibir los consejos de alguien que no solamente se compromete a seguir de cerca los sueños, las ilusiones que llenan la vida de estos/as jóvenes, sino que también se convierte en su fiel acompañante durante el largo y complicado proceso de explorar, escoger y visitar instituciones educativas, así como de solicitar ingreso y esperar listos/as a ofrecerles lo que necesiten para el día en que llegue la ansiada notificación de si han sido aceptados/as o rechazados/as. 

Servir de mentores y mentoras a jóvenes latinos/as en nuestras comunidades es, como ya se expresó, de suma importancia. Muchas veces, los que tuvieron mentores/as son los/las primeros/as en la familia que asistirán a una universidad comunitaria, a una universidad o a una escuela vocacional o de oficios. Dicha experiencia les trae a todos en el seno familiar sentimientos que van desde una mezcla de alegría, expectativa y miedo al fracaso, hasta la preocupación de no poder cubrir los gastos de una carrera universitaria. 

El aconsejar a estos/as jóvenes a que se mantengan enfocados/as en sus estudios para obtener un alto puntaje en sus calificaciones y en sus exámenes de ingreso es crucial durante estos años. Además de buenas notas, conviene que tengan experiencia en trabajo comunitario, que escriban correctamente y que desarrollen dones y talentos que demuestren liderazgo en lo que lo que les fascine en ese momento en sus vida y, además, que puedan comunicarse y expresarse con convicción y claridad. Todo ello es clave para lograr que se les abran las puertas de recintos universitarios o vocacionales.

Para los mentores y las mentoras la experiencia es invalorable y transformadora. Es disfrutar la bendición de poder caminar junto a un/a joven, siempre escuchándolo/a y ayudándolo/a a reflexionar sobre lo que es posible y realista para él/ella, es compartir conocimientos y métodos de búsqueda de instituciones educativas y universidades que se adapten a sus deseos, es ofrecer con amor y sinceridad lo que cada mentor y mentora juzgue que sea lo mejor para cada joven. Para nuestras comunidades de fe, establecer estos programas de mentores y mentoras también es una manera de estrechar los lazos espirituales con nuestros/as jóvenes, que tanto lo necesitan durante esos años llenos de decisiones importantes en sus vidas en familia y en comunidad. Es un verdadero dar y recibir que está en el centro del llamado de Cristo a seguirle en su ministerio de servicio al pueblo de Dios.