September 2011
Innovative Stewardship

El Futuro o el Hoy

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Por más de 135 años el liderazgo de la Diócesis de Puerto Rico ha demostrado su capacidad de realizar la enorme tarea de llevar una diócesis dependiente financieramente a ser una diócesis que puede afrontar sus necesidades financieras por sí sola. Nuestra diócesis posee de uno de los mayores sistemas de salud de Puerto Rico. “Servicios de Salud Episcopales”, también conocido como “Grupo San Lucas”, es el segundo mayor empleador sin fines de lucro de Puerto Rico y uno de los principales 20 empleadores con más de 4,000 empleados y 17 instalaciones médicas.  

Con el liderazgo del Obispo David A. Álvarez, “Grupo San Lucas” se convirtió en una fuente de ingresos autogenerados para la labor y el desarrollo de nuestra diócesis. Todas las Instituciones de Salud tienen consejos administrativos cuyos miembros son episcopales activos que participan en su desarrollo y labor. Ello permitió que el presupuesto diocesano subiera de $400,000 en 1978 a $2.6 millones en 2011, lo que a su vez permitió, entre muchas otras cosas, que el clero diocesano participara en los beneficios del “Church Pension Fund” (Fondo de Pensiones de la Iglesia), que se aumentaran sus estipendios y prestaciones, y que se adquirieran bienes raíces para nuevas feligresías, así como que se obtuvieran subsidios UTO paralelos a donativos para construir iglesias.  

Por otro lado, tras 3 años de auditorías, conversaciones y presentaciones del desempeño de las feligresías, entendimos que muchos de nuestros laicos necesitaban tener un sentido claro de las responsabilidades que asumían al aceptar ser parte de las Juntas Parroquiales. También descubrimos la necesidad de una mayor toma de conciencia de la importancia de aumentar el mantenimiento financiero local y disminuir la dependencia financiera del presupuesto diocesano. Tenemos cincuenta feligresías de las cuales sólo cinco son parroquias, el resto de ellas son parroquias asistidas y misiones sin suficiente capacidad financiera para cubrir todas sus necesidades.  

Es justo decir que los que dependen del presupuesto diocesano asumen un cierto nivel de responsabilidad financiera por su mantenimiento y que están aumentando su aporte constantemente. Sin embargo, para evitar la posible y real amenaza de que por hábito su dependencia diocesana sea a perpetuidad, es importante continuar una educación que enfatice la importancia de tener un plan para, como mínimo, iniciar un proceso de obtención de independencia financiera.  

Si queremos ser una Iglesia del Futuro tenemos que evaluar El Hoy y determinar el mejor camino a seguir. Nunca debemos dejar de ser una iglesia misionera, nuestro modo de pensar actual, si queremos servir a otros. Pero tenemos que empezar a presentarnos nuevos retos. Debemos aprovechar nuestro mayor recurso, nuestros laicos, y hacerles un llamado para que sean más activos, positivos, apasionados, llenos de amor y misericordia y orgullosos de quienes son y de lo que pueden lograr. Necesitan estar conscientes de que la constante dependencia financiera en el presupuesto diocesano tarde o temprano va a “secar el pozo”.  

El 5 de marzo pasado completamos el segundo de dos talleres llamados “Taller para juntas parroquiales” al que asistieron principalmente líderes laicos, líderes potenciales y miembros de juntas. El taller se basó en parte en la “Guía de Recursos para la Junta Parroquial,” publicado por la Fundación de la Iglesia Episcopal (ECF por sus siglas en ingles), y con el apoyo de personal de ECF. El propósito primordial fue dar una idea clara y completa de lo que es una Junta Parroquial, de sus responsabilidades y de lo que se espera de los que aceptan servir en ellas. Pero también fue más allá de las responsabilidades básicas en la discusión de liderazgo en la iglesia. 

La mayoría de los que asistieron se sintieron agradecidos por la información provista. Las partes que generaron el mayor interés fueron “Responsabilidad compartida de la junta y el clero” y “Liderazgo laico transformacional”. Creo que esto confirma el interés de nuestros laicos en ayudar a sentar las bases del futuro de nuestra diócesis. El Futuro nos espera, El Hoy nos necesita todos, tanto a laicos como a clérigos, para estar llenos de vida, ser activos, ser cristianos.   

Ojalá pudiera decirles a las feligresías lo que tienen que hacer para alcanzar la independencia financiera. Sería sumamente fácil si para resolver los problemas financieros lo único que tuviéramos que hacer fuera abrir una escuela o una microempresa o invertir un capital. Pero eso no basta.

En una transmisión en vivo por el net, alguien pregunto a la obispa primada: “¿Qué le diría a una feligresía pequeña que está en dificultades y necesita más miembros con desesperación?” La obispa primada respondió: “Primero tendría que preguntar: ¿es tu propósito simplemente tener más miembros o es tu propósito ser una feligresía que sirve a su comunidad?” Continuó diciendo: “La respuesta a esta pregunta demostrará cómo ves la vida de esta feligresía. La feligresía que piensa que la solución de sus problemas es tener más gente en los bancos de la iglesia para pagar sus deudas, probablemente no está sirviendo bien a su comunidad.  

Cuando ves la comunidad que te rodea y encuentras jóvenes llegando de la escuela a hogares vacíos y encuentras una manera de responder a esa situación, algo que llene ese vacío para los estudiantes, estás encaminado a servir a esa comunidad. La mayoría de las feligresías descubrirán que la comunidad se entera más de la labor de esa feligresía y que a menudo desea participar en sus esfuerzos y ser parte del trabajo”. (Pido disculpas si la cita no es exacta).  

¿Acaso no fue eso precisamente lo que hicimos a nivel diocesano? ¿No estamos sirviendo a la comunidad de Puerto Rico por medio de los Servicios de Salud Episcopales y los Servicio Sociales Episcopales? Sí, lo estamos haciendo. Nuestro sistema de salud atiende diariamente a miles de personas. Nuestro sistema de servicios sociales cuenta con centros en los que se atiende a niños necesitados hasta los 4 años y 11 meses de edad. El Hogar San Miguel alberga a niños y adolescentes de 5 a 18 años de edad que han sido retirados de sus hogares y tienen trastornos especiales.  

Si funcionó a nivel diocesano, ¿qué nos impide hacerlo a nivel de feligresía?  

Creo ya lo dije: “El Futuro y El Hoy nos necesitan a todos, tanto a laicos como a clérigos, para estar llenos de vida, ser activos, ser cristianos."

El Rvdo. Canónigo Juan Ángel Monge-Santiago, MBA, MDiv es le Canónigo de Mayordomía Cristiana Y Desarrollo de Feligresía en la Diócesis de Puerto Rico.

Recursos:

This article is part of the September 2011 Vestry Papers issue on Innovative Stewardship