September 2012
Practicing Generosity

Generosidad

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Los latinoamericanos en este país donan dinero y aportan generosamente su liderazgo y talento a la iglesia. Sin embargo, desean saber que su tiempo y dinero se usan con prudencia y que realmente contribuye al bienestar de la comunidad y de su iglesia. Por lo general hay que dedicar tiempo a pedirles y a explicar las razones de su contribución. Muchos feligreses de bajos ingresos prefieren donar su tiempo y talento y donar según sus medios económicos, en lugar de ceñirse al diezmo. La cosa se complica porque medir el tiempo en dinero no es una práctica usada por la Iglesia, sino más bien por el mundo comercial. Pero si decimos como los americanos que “el tiempo es oro”, vemos que cuando el feligrés latinoamericano ofrece sus servicios al canto, a la música, a limpiar la iglesia, a servir de recepcionista, a pintar los salones de reuniones, a organizar bazares, o ser maestros de educación religiosa, vemos cómo esas horas además de ser un verdadero ministerio ahorran mucho dinero a las iglesias.

A veces es necesario saber pedirles y explicarles claramente por qué les pedimos. Por lo general, el latinoamericano prefieren tener la oportunidad de ayudar a una familia pobre llevándole personalmente el saco de arroz y las latas de habichuelas, en lugar de poner sus donativos en una cesta en el altar. Sin embargo, tal vez se puedan usar ambos conceptos y añadir una cesta en la que puedan poner el nombre de una familia a la que ayudaron durante la semana o que necesite una cesta de alimentos, que se puede distribuir al final de la misa. En esos casos, ayudar a los pobres en general tiene un sentido más claro que donar una lata de frijoles o habichuelas. Por lo general los latinoamericanos en este país son generosos y humanitarios, y están muy conscientes de su responsabilidad de aportar a la Iglesia y a la comunidad.

Debido a que los latinoamericanos están pasando a ser una parte significativa de la población de Estados Unidos, vale la pena dedicar parte de este artículo a explicar quiénes son y a mencionar algunas de sus hermosas tradiciones religiosas.

Además de su tiempo y dinero, los hispanos o latinos, como los llama el Departamento del Censo, han estado aportando su cultura y tradiciones a esta parte del mudo desde los años 1500. Los latinos que residen actualmente en Estados Unidos provienen de diferentes países, así como de zonas urbanas y rurales. La mayoría de ellos es hispanohablante, aunque algunos conservan sus lenguas indígenas. Al igual que los inmigrantes europeos, los latinoamericanos inmigraron mayormente por motivos políticos y económicos. Muchos de los jóvenes latinos nacidos en este país son bilingües o mezclaron el inglés y el español, creando lo que se conoce como “spanglish”. Y al igual que los europeos, algunos latinos de segunda y tercera generación se asimilaron o anhelan encontrar sus raíces latinoamericanas. Pero también hay jóvenes que han sabido vivir en dos culturas y dos idiomas. La mayoría de los latinos son católicos o protestantes, si bien una minoría busca el significado de su fe en religiones como el budismo o el islam.

Para la mayoría de los Latinos los valores familiares y religiosos una parte importante de su vida cotidiana. Es algo que se ve a diario, por ejemplo en los envíos de dinero a sus familias en sus países de origen. Muchos latinos trabajan largas horas y hacen grandes sacrificios para poder enviar esas remesas a sus familias en Latinoamérica. Pero el aporte de los inmigrantes latinos no se limita a enviar remesas importantes para la economía de esos países, sino que también contribuyen a la economía y a la sociedad de Estados Unidos al crear empresas que generan empleos y al realizar trabajos que otros no desean realizar, como cosechar las frutas y hortalizas que todos consumimos a diario.

Hay muchos ejemplos de la manera en que la religiosidad popular de estos pueblos ha perdurado a lo largo de las generaciones de latinoamericanos residentes en Estados Unidos, tales como la Fiesta de los Muertos, el Día de todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos. El Día de los Muertos se celebra con comidas especiales, tales como panes con calaveras y otros signos que representan la muerte. Las fiestas navideñas comienzan el 16 de diciembre con las posadas y culminan en la Nochebuena, el 24 de diciembre. La Navidad se espera con música, baile y reuniones en diferentes casas, imitando a la Sagrada Familia, que fue de casa en casa buscando amparo. En muchas partes de los Estados Unidos se celebra la misa del gallo, a medianoche o al amanecer del 25 de diciembre. Muchas familias regresan de esa misa para tomar chocolate caliente con churros y abrir regalos. Sin embargo, en muchos hogares perdura la fiesta de los Reyes Magos, cuando según la Sagrada Escritura llegaron los reyes Melchor, Baltazar y Gaspar siguiendo la estrella a Belén hasta el pesebre donde nació Jesús. Entre el 25 de diciembre y el 6 de enero algunos latinoamericanos celebran lo que se conoce como las Octavitas, oraciones especiales en las casas o en las iglesias.

Estas bellas prácticas religiosas, llenas de tradiciones y encanto, enriquecen tanto a los latinoamericanos como a los nativos de este país.

Armantina R. Peláez es feligresa y miembro de la Junta Parroquial de la Comunidad Episcopal Anglicana de San Pablo, en Paterson, Nueva Jersey.

Recursos

This article is part of the September 2012 Vestry Papers issue on Practicing Generosity