July 2015
Vision and Planning

Liderazgo multilingüe y feligresías multiculturale

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Silvestre Romero es el sacerdote a cargo en St. Peter’s/San Pedro en Salem, Massachusetts. Está casado, tiene dos hijos y es guatemalteco. En sus 18 años de ministerio como sacerdote episcopal ha trabajado con diferentes grupos étnicos y multilingües. En la actualidad está finalizando su plazo como miembro del Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal.

En el video en youtu.be/NhFd9fEp7hI, Silvestre Romero comparte sus pensamientos y experiencia de trabajo con feligresías multiculturales, así como sobre la identidad episcopal y los retos que se enfrentan. Además, comparte una fórmula para ayudar a las congregaciones a desempeñarse exitosamente en feligresías bilingües.

1. El hecho de que alguien tenga una verdadera pasión por desarrollar ese tipo de ministerio no basta: tiene que contar con el apoyo y el profundo deseo de la comunidad en general de alcanzar ese objetivo. En otras palabras, si el objetivo del sacerdote y la comunidad no coinciden, lo más probable es que los esfuerzos sean en vano.

2. La participación de la diócesis, no sólo con recursos financieros, sino también humanos, es fundamental.

3. Otro elemento importante es identificar los líderes comunitarios y brindarles las herramientas necesarias para que entiendan cómo trabajar dentro de la estructura de la Iglesia Episcopal.

4. Es necesario emplear los recursos existentes en la comunidad para alcanzar los objetivos. Por ejemplo, la comunidad anglohablante puede ayudar a los que no hablan inglés a aprender el idioma. Eso puede iniciar un proceso de intercambio entre ambas comunidades.

Un verdadero proceso de intercambio no se limita a “yo sé algo que tú no sabes”, sino que además debe incluir “tú también tienes algo que ofrecerme”. Estos principios pueden ayudar a iniciar el proceso de conectar comunidades que de lo contrario probablemente no se hubieran conectado ni relacionado entre sí. La Iglesia es un lugar muy apropiado para crear ese sentido global de lo que es ser una comunidad diversa.

En la página 766 del Libro de Oración Común encontramos el número XXIV de los Artículos de Religión, que dice: “El decir oraciones públicas en la Iglesia o administrar los sacramentos en un idioma que el pueblo no entiende es una cosa claramente repugnante a la Palabra de Dios y a la costumbre de la Iglesia primitiva”. Esto es parte indivisible de la Iglesia Episcopal, su ADN. La Iglesia tiene que ser un lugar en el que la gente se siente incluida y en el que puede participar y expresarse plenamente. Estamos dispuestos no sólo a darle a la gente lo que tenemos, sino también a escuchar lo que la gente nos tenga que decir, creando un lugar acogedor para aquellos que busquen una profunda relación con Dios en la que todos tengan algo que ofrecer y recibir.

En lo referente al liderazgo, cada lugar tiene ciertas dinámicas y realidades que necesita afrontar. Sin embargo, en el ministerio latino hay ciertas cualidades comunes: sus miembros están dispuestos a ofrecerse y desafiarse, incluyendo aprender inglés para ser puentes entre la cultura latina y la de EE UU. Es importante que los no latinos tengamos una actitud abierta hacia las culturas latinas. Es importante tener (mayormente) un lenguaje común, pero también es necesario que conozcamos las culturas y que tengamos una conexión con la Iglesia Universal. Parte de nuestra identidad como líderes es incluir, motivar, dar la bienvenida a todos los que se cruzan en nuestro camino.

En cuando a los retos, tienen dos aspectos: el problema que tenemos nosotros mismos, no entender claramente lo que nosotros entendemos como nuestra propia comunidad, así como las fuerzas externas (la Iglesia tiene que esforzarse mucho más en reconocer la importancia de cada uno de sus miembros). Pero no podemos sentarnos a esperar a que nos den, tenemos que participar y reconocer que tenemos un lugar en la mesa de decisiones y que necesitamos contar con un sentido de seguridad propia para involucrarnos y buscar espacios.

Sandra T. Montes nació en Perú, se crió en Guatemala y se instaló en Tejas lo antes que le fue posible. Sus pasiones son Dios, familia (especialmente su hijo), música, educación y escribir, y ha estado esperando y orando por este puesto por años. Sandra ha estado elaborando recursos bilingües originales para su iglesia, escuela y otros por años. Sandra ha estado trabajando como voluntaria y en la Iglesia Episcopal desde que le dieron la bienvenida a ella en 1986. Se desempeña como música, traductora, oradora, asesora y redactora. Es docente a tiempo completo y está estudiando para obtener su doctorado.

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ICMD Principles

This article is part of the July 2015 Vestry Papers issue on Vision and Planning