September 2015
Rethinking Stewardship

La Campaña del 2%

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La mayoría de las personas que asisten a la iglesia han oído sobre el principio bíblico y espiritual del diezmo o de dar o devolver a Dios el 10% mediante la iglesia. Los materiales de mayordomía que emplean las feligresías pueden mencionar los fundamentos bíblicos del diezmo. Aun así, muchos/as líderes de feligresías no saben ni dónde ni cómo empezar a avanzar hacia la práctica bíblica y espiritual del diezmo. Lo que se propone en el presente es empezar con un mínimo del 2%.

En mi opinión, lo que más impide que la gente contribuya a un nivel del 2% o más es la falta de conocimiento de la relación entre lo que se pone en el plato o el sobre de ofrenda y los recursos financieros de ellos o de sus familias. Para la mayoría de los feligreses, por no decir todos, lo que dan todos los domingos depende de lo que tienen en su billetera, pero eso no es un diezmo.

Limosnas, ofrendas y diezmos (promesas)

El segundo impedimento de progresar hacia la práctica bíblica y espiritual del diezmo se debe a la falta de entendimiento de la diferencia entre limosnas, ofrendas y diezmos.

La siguiente ilustración puede ayudar a aclarar la diferencia. Mire el contenido de su cartera o bolsillo. Digamos que tiene $57, dos billetes de $20, un billete de $10, un billete de $5 y dos billetes de $1.

  1. Situación No. 1 - AYUDAR: Está caminando por la calle y alguien le pide dinero. La persona le da lástima y se lo da. Mire en su cartera, ¿cuánto le daría? En mi experiencia, la mayoría de las veces es un billete de $1. Lo más probable es que ese billete de $1 no altere sus finanzas, pero se siente bien en darlo. Esto es una limosna.
  2. Situación No. 2 - ACCIÓN DE GRACIAS: Va a un servicio especial en su iglesia o visita otra iglesia. En acción de gracias por ese servicio religioso, decide contribuir dinero a esa iglesia. Mire en su cartera, ¿cuánto daría? En mi experiencia, creo que es muy razonable dar $10, $20, $30 o aún más. Usted puede dar esa cantidad porque no es un gasto que se va a repetir. A veces comparo esto con lo que se gasta en esparcimiento. ¿Cuánto estoy dispuesta a gastar en el cine, un concierto, un museo o una contribución (no recurrente) a una organización sin fines de lucro? Para efectos de este ejemplo, digamos que la contribución es de $30. Esto es una ofrenda.
  3. Situación No. 3 - PROMESA DEL TODO: Ha tenido una gran semana, dio limosnas al necesitado y fue a un evento especial; ahora es domingo, busca en su cartera y decide dar a la iglesia, inclusive dar el diezmo. Le quedan $26 en su cartera, por lo tanto su diezmo es de $2.60. Pero sus ingresos no son sólo de $26. Puede ver inmediatamente que lo que lleva en la cartera no tiene correlación alguna con el total de sus recursos ni con el proceso de toma de decisiones que debería seguir al determinar su promesa o contribución a la iglesia. Aún más, no quedaría bien poner monedas en el plato de ofrendas para poder dar sus $2.60. Por lo tanto, en la situación No. 3 pensó en sus ingresos semanales o mensuales y fue a la iglesia con un cheque con la cantidad que prometió. Esto es un diezmo o una promesa.

Determinación del nivel de donativo

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Ahora que estamos conscientes de la diferencia entre las limosnas, las ofrendas y el diezmo, hay otras dos barreras que sobrepasar.

  1. Se debe proporcionar a los que asisten a la iglesia las herramientas e información necesarias para determinar cuál es la mejor cantidad de contribución que pueden prometer y cumplir. Esto requiere instrucción sobre generosidad y hojas de ejercicio para hacer los cálculos necesarios (con ejemplos).
  2. Incluso sin saber o preguntar cuánto gana una persona o familia, los/as miembros/as del sacerdocio y del comité de mayordomía deben ser audaces en su pedir y establecer cantidades mínimas de diezmos y promesas en sus feligresías.

Otros datos que pueden ayudar:

  • ¿Por qué el 2%? Tradicionalmente, el promedio de contribuciones a iglesias en EE UU ha sido de alrededor del 2%, entonces ¿por qué no empezar sobrepasando ese promedio?
  • Los/as que provienen de la tradición católica romana están acostumbrados a la limosna, ya que no siempre existe una correlación entre lo que se pone en el plato y el funcionamiento de la parroquia y los salarios del clero. En cierto modo este es uno de los aspectos más bellos de nuestra tradición episcopal: los/as contribuyen al trabajo y ministerio de la feligresía a la que asisten son dueños/as mediante su generosidad.
  • La prestación mínima del Seguro Social o SSI es de alrededor de $900 por mes. Un diezmo sería de $90, el 2% sería $18 por mes o de $4 a $4.50 por semana. Por lo tanto, si empleamos la cantidad mínima del seguro social, las promesas en nuestras feligresías no deber ser de menos de $4 por semana.

Una vez que la gente adquiere el hábito de comenzar desde un punto mínimo (2%), los/as que están a cargo de las campañas anuales de aportes a las iglesias deben ajustar esa cantidad, teniendo en consideración el aumento del costo de vida y ayudar a los feligreses/as a progresar hacia la práctica bíblica y espiritual del diezmo.

En resumen, empezando por el 2% se puede aumentar al 10% si estamos conscientes del fundamento de nuestros donativos. Todos/as pueden participar según sus recursos.

Carla E. Roland Guzmán es rectora de Episcopal Church of Saint Matthew and Saint Timothy, una feligresía en la Ciudad de Nueva York. Fue ordenada en la Diócesis de Puerto Rico y ha servido por 12 años en la Diócesis de Nueva York. Es copresidenta de Fe, Familia, Igualdad: La Mesa Redonda Latin@ que elabora materiales para que las feligresías y familias latinas entiendan y acepten a los miembros de la comunidad LGBTQ.

Recursos

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Cuanto debo dar en el 2016? Informacion para ayudarle

This article is part of the September 2015 Vestry Papers issue on Rethinking Stewardship