September 2003
Vestry Responsibilities

Mis diez puntos principales

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De la misma manera en que el Gran Cometido, “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones”, no entra en detalle sobre cómo llevar a cabo esa misión, los cánones de la Iglesia Episcopal no son especialmente específicos sobre las responsabilidades de las juntas parroquiales.

Las juntas parroquiales “deben ser los agentes y los representantes legales de las parroquias en todo lo referente a los bienes de la corporación y a las relaciones de las parroquias con su cleros”. (Canon 14). Eso es todo. Por ser de la localidad natal de David Letterman en Indiana (yo solía comprar en la tienda donde él acarreaba comestibles) y para darles más ideas concretas sobre la manera en que debería actuar una junta parroquia, aquí tienen mi lista de Diez puntos principales sobre la manera en que entiendo las responsabilidades de las Juntas Parroquiales:

  1. Los que somos parte de una junta parroquial debemos buscar explícitamente la orientación de Dios en nuestra labor. Si bien una junta parroquial tiene responsabilidades legales y fiscales (y no las debe tomar a la ligera), una junta parroquial no es una junta directiva de una empresa o de una entidad sin ánimo de lucro. La labor de la Junta Parroquial sólo se puede realizar en la medida en que esté firmemente enraizada en el Espíritu. Con demasiada frecuencia no somos intencionales y reflexivos en nuestra labor. Entonces, ¿cómo recordamos a nosotros mismos que la labor de la Junta Parroquial es la labor de Dios? Podemos encender una vela para recordarnos la presencia de Cristo. Podemos finalizar las reuniones con Completas. Podemos compartir reflexiones espirituales como parte permanente del orden del día. Podemos iniciar y terminar las reuniones con oración.
  2. La Junta Parroquial debe buscar maneras de formar comunidad. Una junta parroquial es un grupo de personas que comparte un llamado a trabajar juntas para la iglesia. Lo más probable es que los miembros de la junta parroquial provengan de diferentes servicios con diferentes antecedentes y diversas ideas. Es por eso que encontrar terreno común centrado en la vida espiritual de los individuos y de la Junta Parroquial es fundamental para trabajar unidos exitosamente en una junta parroquial.
  3. Una junta parroquial debe actuar en al unísono con el rector. El rector es un miembro de la Junta Parroquial. El rector preside la Junta Parroquial. El rector tiene autoridad canónica (por ejemplo, el uso del espacio) sobre ciertos asuntos de la iglesia. El rector NO es un PRESIDENTE EJECUTIVO contratado por una junta directiva para que dirija a un personal que ejecuta las órdenes de la junta directiva. En lugar de ello, el rector es un socio de la Junta Parroquial en el discernimiento mutuo de misión. En unísono con el obispo, la Junta Parroquial determina los medios para llamar al rector y negociar un memorando de acuerdo. Pero después de eso es una asociación.
  4. La Junta Parroquial no es un organismo representativo. Pensar en ser miembro de la junta parroquial como una forma de educación cristiana, como en un coro, en los Exploradores, etc., donde votamos por nuestros intereses, sólo nos traerá problemas. La Junta Parroquial es un grupo de individuos que busca discernir, junto con el rector, lo que se ha llamado a la parroquia que haga y a supervisar esa labor.
  5. Una junta parroquial debe definir su PROPIA misión, visión, valores y metas. Hay muchos principios organizativos para delinear la labor de la Junta Parroquial. A mí me gusta el modelo con la sigla inglesa SWEEPS: stewardship (mayordomía), worship (culto), education (educación), evangelism (evangelismo), pastoral care (cuidado pastoral) y service (servicio), en parte porque la sigla es digna de ser recordada. Pero lo más importante es que la Junta Parroquial deje de funcionar en piloto automático al definir su dirección. Las juntas parroquiales se benefician sobremanera al ser intencionales sobre sus asuntos y labor.
  6. Las juntas parroquiales deben fijar estrictos límites sobre sus discusiones relativas a los edificios y terrenos. En mi experiencia, las juntas parroquiales a menudo dirigen su atención a lo concreto. Es mucho más fácil pasar un año de reuniones hablando repetidamente de los problemas de la alfombra vieja (en la que algunos pueden tropezar al entrar a las reuniones) que en decidir ARREGLAR la alfombra y pasar a lo que la parroquia está llamada a hacer. Fijen límites estrictos sobre las discusiones sobre los edificios y los terrenos, formen un comité y pasen a prestar atención al resto de la vida de la iglesia.
  7. Hágase y háganse responsables. ¿Están comprometidos los miembros de la junta al diezmo como la norma de donación? ¿Habla alguno en términos concretos sobe las promesas de donar? La última junta parroquial en la que serví probablemente hubiera excedido las donaciones de toda la parroquia si los miembros de la junta parroquial hubieran planteado un diezmo “moderno” del 5%, por no decir el diezmo bíblico. Mi parroquia recalca que el único que sabe cuánto donó o prometió donar una persona es el contador, no el rector ni ningún otro. Eso sin duda mantiene la mayordomía en el armario.
  8. Las juntas parroquiales deben celebrar. Picnics anuales, recepciones, excursiones, cenas y otros eventos celebratorios deben ser parte de la vida de la junta parroquial
  9. Tener rituales formales. Somos una iglesia litúrgica. Nos gustan esas cosas. Son significativas para nosotros. Empiece (y tal vez termine) el servicio de la junta parroquial con un ritual formal en un servicio de adoración. Es lo que hacemos bien. Y cuenta.
  10. Buscar continuidad y aceptar el cambio. En muchas parroquias, la “guardia vieja” controla la junta parroquial. En otras hay tanta rotación de miembros que la continuidad que permite la realización de una misión se pierde y la parroquia se reinventa todos los años. Es un equilibrio delicado: proporcionar continuidad y traer “sangre nueva” y nuevas ideas. Pero es un equilibrio que tenemos que esforzarnos constantemente en conseguir. Y tener por meta el equilibrio… ¡hasta es anglicano!

Scott Evenbeck, que fue tres veces coadjutor de St. Paul’s en Indianápolis, es decano del University College en Indiana University Purdue University Indianapolis (IUPUI) y fue el primer presidente laico del Consorcio de Parroquias Episcopales con Legados. Scott Evenveck, diputado de hace largo tiempo ante la Convención General, presidió el Comité de Educación de la Cámara de Diputados en 2000 y 2003.

This article is part of the September 2003 Vestry Papers issue on Vestry Responsibilities