July 2013
Vision & Planning

Echar por Tierra el Statu Quo

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El cierre de la base de la fuerza aérea Wurtsmith cambió todo.

Las iglesias St. John’s Episcopal y Hope Lutheran tenían una larga y orgullos historia de autosuficiencia, sacerdotes a tiempo completo, dinámicas escuelas dominicales y una firme devoción a su fe. El cierre de la base de la fuerza aérea Wurtsmith, en 1993, marcó el inicio del fin de la vida de la feligresía como la conocían.

Enfrentadas a una devastadora pérdida económica y a una significativa pérdida de población, ambas feligresías libraron batallas separadas pero paralelas para conservar la vida como la conocían. En 2002 empezaron a compartir sacerdotes informalmente, pero manteniendo espacios separados. Varios años después el culto se consolidó en St. John’s y Hope se convirtió en un centro de extensión comunitaria. Finalmente, la realidad económica forzó la consolidación de todos los ministerios en un edificio para una feligresía episcopal-luterana fusionada orgánica y probablemente hasta canónicamente.

Firme pero gentilmente resistiendo visiones diocesanas y sinódicas para su futuro combinado, la feligresía que ahora es la parroquia Hope-St.John’s Parish en Oscoda, Michigan, inició una vida eclesiástica con una cautelosa consideración del otro, entusiasmo por el culto y los ministerios de extensión compartidos, y una tenaz protección de los espacios sagrados como la cocina y todo su contenido. Estaba claro que si los episcopales eran los dueños del edificio, la cofradía de mujeres ejercería control jurisdiccional. Todo eso cambió la noche en que las alacenas de la cocina se despegaron misteriosamente de las paredes, haciendo trizas la vajilla y los vasos episcopales.

Lo que nunca se había podido lograr completamente mediante consultas diocesanas o sinódicas, iniciativas de juntas o consejos parroquiales, o por acuerdos realizados en privado, se convirtió en realidad gracias al poder de lo inesperado. Tras haber luchado por años en obtener una nueva identidad unida, el simple acto de limpiar los escombros y los platos rotos, de elegir e instalar nuevas alacenas y de comprar juntos una nueva vajilla inspiró a la feligresía “fusionada” a finalmente “reunirse alrededor de la mesa”. Por fin Hope-St. John’s había dado con la respuesta tan difícil de alcanzar al interrogante de ¿Quiénes somos? Somos uno.

Tiempo en terrenos inexplorados

Los líderes de las feligresías (¡y los funcionarios diocesanos!) parecen preferir procesos estrictamente organizados, realizados predeciblemente y lineales al diseñar y planificar su visión. Si bien de vez en cuando las cosas salen bien, con excesiva frecuencia los resultados restringen en lugar de empoderar y o se archivan rápidamente para nunca más salir a la luz o se ocultan a plena vista imprimiendo el enunciado de visión en todas las publicaciones, con el predecible resultado de que se pierde en medio de tanto ruido de fondo. La experiencia de Hope-St. John’s es un recordatorio importante de la necesidad de contar con visión y planificación abiertas a las realidades de nuestro medio y con apertura hacia los vientos inesperados del Espíritu.

La historia de Hope-St. John’s es una sagrada narrativa de éxodo: un deambular por terrenos ignotos por un tiempo hasta sacar a Egipto (prejuicios episcopales o luteranos, prioridades personales, etc.) de sus mentes. Entretanto, su deambular produjo momentos de claridad y éxito unidos a momentos de aflicción y confusión. Todo el tiempo hablaron sobre su vida corporativa, buscando columnas de nubes por el día y columnas fuego por la noche, en pos de la orientación de Dios en manifestaciones del espíritu, en lugar de un plan estratégico estrictamente organizado.

Ser ágiles

Las juntas parroquiales y otros líderes de feligresías que se embarcan en procesos de visión y planificación estratégica no pueden darse más el lujo de estar rígidamente atados a un plan cuidadosamente elaborado con un horizonte de tres a cinco años. Los líderes de hoy en día deben permanecer ágiles y visionarios, capaces de discernir los signos de los tiempos y de actuar con rapidez cuando surgen las oportunidades. Pocas feligresías pueden darse el lujo de tener un plan que no deje espacio para los sorprendentes signos de la presencia del Espíritu que encontramos frecuentemente en nuestra jornada para convertirnos en el pueblo que Dios nos ha llamado a ser.

Hace unos pocos años empecé a emplear imágenes del éxodo de Egipto en retiros de visión de juntas parroquiales y organismos rectores. Específicamente, me concentré en la orientación que Moisés y los israelitas recibieron de columnas de nube por el día y columnas de fuego por la noche, signos de la presencia sagrada de Dios y “marcadores” que guían al pueblo hacia adelante en su jornada hacia la Tierra Prometida. Estas imágenes invitan a los líderes a que trasciendan los mapas con reglas rígidamente prescritas y a que miren imaginativamente hacia las señas de Dios en dirección a un futuro que tal vez no esté en línea recta, sino que requerirá algo de deambulación por terrenos ignotos para llegar a ella.

Siete hábitos para las jornadas exitosas

Una herramienta útil a lo largo de esta jornada imaginativa es una cuya autor ha pasado al olvido desde hace tiempo, pero que ha demostrado ser valiosa para muchos. Explore los Siete hábitos para jornadas exitosas con el liderazgo de su feligresía a medida que avance hacia las señas de Dios.

1. Curiosidad
Las feligresías con capacidad de adaptación notan lo que está ocurriendo a su alrededor. Las feligresías en decadencia a menudo apenas se dan cuenta que el mundo ha cambiado. La curiosidad se despierta investigando lo que está ocurriendo “en el barrio” y en la comunidad más general de la feligresía.

2. Autoevaluación franca
¿Cuáles son las bases y los recursos con los que ya cuenta la feligresía? ¿Cuál es su historia y qué historias del pasado informan su futuro? ¡Mirarse a uno mismo requiere coraje, pero también abre paso a la risa y a la cortesía!

3. Experimentación juguetona
¡Pruebe cosas nuevas. . . experimente. . . tenga éxito. . . fracase. . . ríase. . . celebre!

4. Espíritu emprendedor
Piense de manera original en lo que podría ayudar a hacer lo que hace falta hacer. Descubra dónde están ocultos los tesoros en su medio.

5. Uso de representación y símbolos
Active la imaginación y el corazón. Los actos hablan más fuertemente que las palabras y las historias comunican mejor que las cátedras. Encuentre maneras de encarnar las luchas y de visualizar signos del futuro.

6. Hospitalidad
¡Sea amistoso e incluyente…. dejando lugar en la mesa para todos… tal vez hasta ser anfitrión de ángeles sin saberlo!

7. No rehuir los conflictos
Las feligresías que cambian son las feligresías en las que hay conflicto. ¡No rehúya los conflictos! Descubra que es posible estar en desacuerdo e igual avanzar… una diferencia fundamental entre una feligresía pacífica pero estancada y una dispuesta a perturbar el statu quo.

¿Quiénes somos?

Moisés y su grupo de ex esclavos sabían quiénes eran – la Alianza de Dios con su Pueblo—y lo que estaban llamados a hacer: pasar de la esclavitud a la libertad y ocupar la Tierra Prometida. Nuestra tarea al elaborar una visión y planificar para alcanzarla es ante todo preguntarnos ¿Quiénes somos? ¿Qué hacer con ese conocimiento? Segundo, debemos abrirnos a la sagrada jornada de un tiempo de vida que nos saca de nuestro cautiverio de temor, cautela, complacencia y falta de creatividad y nos lleva hacia una tierra prometida de esperanza, coraje, energía y fidelidad imaginativa.

Les deseo que la jornada de sus feligresías en la fe esté bendecida con numerosas columnas de nube y de fuego y una abundancia de imaginación.

Todd Ousley es obispo de la Diócesis de Michigan Oriental. Tras 10 años de ministerio parroquial en la Diócesis de Texas, Todd fue parte del personal del obispo de la Diócesis de Michigan Oriental por cinco años durante los que se concentró en el desarrollo de la feligresía y del sacerdocio. En 2006 fue elegido 2º Obispo de Michigan Oriental. Su ministerio diocesano se ha concentrado en fortalecer las feligresías pequeñas, en descubrir soluciones creativas para la contratación de sacerdotes y en el ministerio de todos los bautizados. Cuando no está participando en actividades de la iglesia concentra sus energías en su esposa, Ann Schumann-Ousley, directora de desarrollo de la Universidad de Saginaw Valley, y en sus tres hijos: Ian, que cursa el tercer año en la Universidad de Nebraska-Lincoln; Dae, de 19 años de edad, que cursa el primer año en la Universidad Ferris State University en Big Rapids, MI; y Josh, un estudiante de escuela secundaria de 16 años de edad.

Obras de consulta

Éxodo 13:20-22

Missional Map Making: Skills for Leading in Times of Transition por Alan Roxburgh 

Episcopal Diocese of Eastern Michigan Vision & Mission: Mutuality, Vitality & Viability: Pray, Learn, Serve, & Grow 

Episcopal-Lutheran “Called to Common Mission” 

Episcopal Diocese of Massachusetts’ Leadership Development Institute 

Hope St. John’s Parish 

Magical Thinking 

Wurtsmith Air Force Base


This article is part of the July 2013 Vestry Papers issue on Vision & Planning