July 2013
Vision & Planning

Semillas de Esperanza

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“Tenemos la espalda contra la pared. Tenemos que empezar a luchar si vamos a conservar nuestra iglesia”. Corría el año 1958 y la conversación giraba alrededor del dinero. Por años la feligresía había estado tratando de recuperarse del cierre de las plantas textiles y de la partida de los trabajadores, muchos de los cuales habían sido miembros de la parroquia.

La historia de Christ Episcopal Church de Biddeford, Maine narra la manera en que esta iglesia, organizada en 1869 para cumplir con las necesidades espirituales de los trabajadores de las plantas textiles de Inglaterra, se convirtió en una comunidad de fe de clase trabajadora dedicada a nutrir todos los aspectos de las vidas de los habitantes de Biddeford. Es la historia de la dedicación de la iglesia hacia la comunidad y de las decisiones que se tomaron a lo largo de períodos de crecimiento y deterioro y de luchas financieras frecuentes.

En 2008, la feligresía de la Iglesia Episcopal de Biddeford decidió dejar de aferrarse al pasado. Y al hacerlo renació, al transformarse intencionalmente de una casa de culto en un Centro de Jubileo y descubriendo que como Semillas de Esperanza ahora están compartiendo la presencia y el eterno amor de Dios con muchísima más gente que lo que lo hubieran hecho como Christ Church.

Esta es nuestra historia:

A fines de 2006, la feligresía de Christ Church tenía que tomar una decisión, porque contar con un rector las terceras partes del tiempo estaba resultando imposible de mantener. Al reducir el puesto a medio tiempo quedaron necesitando un nuevo sacerdote. 

En mi calidad de nueva sacerdote a cargo, llamada en 2007, tenía claro que la feligresía estaba en un punto muy bajo. Tras varios meses juntos, se empezó a hablar seriamente en el futuro de la parroquia. Dos cosas quedaron claras. Primero, debido a que la mayoría de los parroquianos eran pobres, de clase trabajadora o con ingresos fijos, el tamaño de la feligresía podría triplicarse, pero eso tendría muy poco efecto sobre el presupuesto. Segundo, residir en una de las partes más pobres de la ciudad me mostró cuántas necesidades incumplidas existían alrededor de nuestra iglesita. 

Por muchos años se había estado conversando en las feligresías del sur de Maine sobre colaboraciones, fusiones y cosas por el estilo. Todas las veces las conversaciones habían terminado sin cambios de fondo. Esta vez la conversación no sólo se concentró en nuestra supervivencia, sino también en nuestro ministerio en nuestro barrio y en la comunidad. Desde el principio no se sintió como las conversaciones anteriores.

Nuestro salón parroquial era el ‘hogar’ de un número de organizaciones comunitarias. Todos esos grupos servían a los pobres de Biddeford y, al igual que nosotros, se preguntaban cómo se podría cumplir con las necesidades de los habitantes de la ciudad. Nos reunimos y hablamos. ¿Qué servicios se estaban ofreciendo? ¿En cuáles había yuxtaposiciones? ¿Dónde estaban las brechas? ¿Cómo podríamos trabajar juntos para servir mejor a nuestra comunidad? 

Con estos conocimientos colectivos, apoyados por una parroquia hermana, 15 de nuestros feligreses llegaron a entender que estaban expresando una misión de Ministerio de Jubileo en la que se atendería a los necesitados y se trataría de eliminar lo que causaba que la gente estuviera necesitada. 

Ese fue un momento crítico en la vida de la parroquia. Con un legado ya establecido, la parroquia podría haber decidido reducir el cargo de sacerdote a un porcentaje todavía menor y seguido por mucho tiempo. O la parroquia podría prestar atención al Pacto Bautismal, asumir el riesgo de gastar todo el ingreso de su legado en servir a otros y posiblemente cerrar o convertirse en algo muy diferente. Optamos por lo último y nunca lo lamentamos. Había nacido un nuevo tipo de misión:

El Centro del Barrio Semillas de Esperanza ofrece hospitalidad y apoyo a todos los que pasan por nuestras puertas. El objetivo de nuestros esfuerzos es ofrecer hospitalidad a los que están luchando, ayuda a los necesitados, servir de voz a los que fueron silenciados, compañía a los que están solos y amor lleno de compasión a todos.

“Como Centro Jubileo nos asociamos con los pobres y los oprimidos, independientemente de donde se encuentren, en espíritu de misericordia y justicia, para cumplir con las necesidades humanas básicas y ayudar a crear una sociedad más justa.”

Con el apoyo de la Diócesis, en el curso de los próximos cinco años el Centro del Barrio (Jubileo) Semillas de Esperanza Neighborhood siguió expandiendo sus conversaciones en la comunidad, incluyendo los vecinos a los que sirve, la ciudad de Biddeford, múltiples organizaciones de servicios sociales, iglesias hermanas en comunidades cercanas, organizaciones comunitarias y cívicas, la universidad local y personas interesadas. Ha crecido desde estar abierto dos días por semana y servir desayunos a 10 a 15 personas por día a: 

  • estar abierto cuatro días por semana y servir desayunos y almuerzos a 70 a 100 personas por día
  • ofrecer ropa gratis y un centro de Recursos de Carreras con personal que ayuda a los que buscan empleos con salarios vitales
  • servir como refugio contra el frío y el calor en la ciudad de Biddeford
  • servir como un centro de reuniones del barrio y de participación en la comunidad
  • ser un sitio de remisión para muchas de las organizaciones locales de servicios sociales que atienden a los habitantes de la ciudad que necesiten un lugar en el que puedan sentirse seguros, aceptados y bienvenidos
  • servir como un recurso en la comunidad para asistir en conversaciones difíciles y estimular asociaciones para ayudar a socorrer a familias y víctimas de crímenes violentos, incendios y otras tragedias
  • ofrecer oportunidades sacramentales a los que carezcan de un hogar parroquial y/o que no puedan costar las cuotas de las pompas fúnebres o que deseen experimentar los dones sagrados de la comunión y la reconciliación en un medio seguro. 

Al funcionar como una organización no sectaria, todos los servicios están a disposición de todos. Se ha logrado obtener un equilibrio entre crear un clima que da la bienvenida a todos, independientemente de sus antecedentes, incluyendo sus creencias religiosas, y responder a los que buscan apoyo espiritual. Y si bien los servicios de culto han sido suspendidos en Christ Church, los cuidados pastorales, los servicios religiosos ocasionales y el amor que todo lo reconcilia permean el Centro. Toda la programación, el reclutamiento y la capacitación de voluntarios, la extensión y las colaboraciones están enraizados en el Pacto Bautismal de la Iglesia Episcopal. Las Directrices Comunitarias y las maneras en que se ponen en práctica se basan en un principio muy básico: todos los que pasan por las puertas son un precioso hijo de Dios. Este principio requiere dos componentes: todos merecen que se los trate como tales y todos tienen la responsabilidad de tratar a los demás de la misma manera.

Esta labor es contracultural para los que sirvieron en Semillas de Esperanza, muchos de los cuales viven a diario con violencia en todas sus formas. La comunicación a menudo está definida por blasfemias, amenazas o sumisión silenciosa. La labor es aceptar a diario la dignidad de todas las personas y de ofrecerles compasión y bondad. Es sobre tener expectativas elevadas de conducta y de ofrecer, a veces por primera vez, límites llenos de amor y el medio acogedor que los acompaña. La labor es dar la oportunidad a los que no conocen a Dios, pero que conocen al personal y a los voluntarios del Centro, de conocer a Dios porque se los acoge en el Centro. 

El espíritu de Cristo está vivo en el Centro del Barrio Semillas de Esperanza. Las conversaciones sagradas de los últimos seis años han dado más visibilidad a la presencia y el amor de Dios como se manifestó en la labor de Semillas de Esperanza que lo que la pequeña feligresía hubiera podido hacer por sí sola. Ex miembros de la parroquia pasaron a una parroquia en una comunidad vecina, pero siguen orando por Christ Church/Semillas de Esperanza. Y esperamos que con el correr del tiempo nuevamente seamos una comunidad de culto, si bien en una forma diferente de lo que fue Christ Church. Cuando cuidar y nutrir al pueblo de Dios realmente es el fundamento de la conversación en nuestras comunidades, los actos de escuchar y compartir son sagrados.

La Rev. Shirley Bowen es directora ejecutiva y capellana de Semillas de Esperanza, y ayudó a convertir en realidad el Centro Jubileo en 2008. Fue sacerdote parroquial en Christ Church desde 2007 hasta 2012 y también fue misionera de campus en la Diócesis de Maine.

Obras de consulta

Christ Church Biddeford 

Leadership Development Initiative 

“Molting Out Of Old Shells” un video de Tom Brackett 

Semillas de Esperanza 

Strategic Planning for Your Church, Fundación de la Iglesia Episcopal 

The Difference Between Mission and Vision” por Linda Buskirk, ECF Vital Practices Vital Post 

This article is part of the July 2013 Vestry Papers issue on Vision & Planning