January 2020
Transformative Vestries

Cinco maneras de convertirse en una junta parroquial transformativa

Hablamos mucho sobre la transformación en la Iglesia Episcopal y tal vez, a veces, la palabra se emplea excesivamente. Pero cada vez más nuestras feligresías locales necesitan convertirse en comunidades de fe transformativas y al mismo tiempo aspirar a predicar, enseñar y vivir las buenas nuevas del Evangelio. La transformación es un proceso dinámico, pleno de espíritu mediante el que crecemos, nos revitalizamos, participamos en misión y nos preparamos para el futuro.

Para las comunidades de fe, la transformación involucra evolucionar de una idea de pertenecer a una de discipulado, es decir de simplemente recaudar fondos a cultivar la mayordomía, de reclutar voluntarios a desarrollar líderes, y de perpetuar modelos centrados en el clero a promocionar las asociaciones laico-sacerdotales. ¿Pero quiénes van a hacer ese trabajo tan importante?

Está claro que necesitamos elevar, empoderar y diseminar líderes fieles y dedicados que hagan que nuestras feligresías estén listas y dispuestas, y que sean capaces de participar en este trabajo crítico de transformación. Y, de acuerdo con nuestra tradición anglicana/episcopal, el grupo primario de líderes encargado de esta tarea es la junta parroquial.

Antes de asumir la presidencia de la Fundación de la Iglesia Episcopal (ECF) en 2005, fui miembro de juntas parroquiales (o su equivalente) de una parroquia pequeña y de la catedral de la Diócesis de Connecticut por casi veinte años. También fui guardián (o su equivalente) en ambas feligresías, incluyendo en épocas de transición. Mi participación en la junta parroquial fue interesante, retadora y gratificante y, a veces, frustrante, agotadora, sobrecogedora y sí, transformativa. La experiencia moldeó mi estilo de liderazgo general y ha sido un componente crítico, formativo en mi rol de presidente de una organización que apoya a los miembros de juntas parroquiales y a otros líderes laicos y sacerdotales de feligresías episcopales de todos los tamaños y formas. Recuerdo mi servicio en juntas parroquiales con cariño y gratitud.

Ideas para ayudar a las juntas parroquiales a evolucionar de transaccionales a transformativas

Si bien la ECF proporciona un sinnúmero de herramientas y recursos para líderes parroquiales, especialmente para juntas parroquiales, pensé que sería útil expresar cinco ideas que pueden hacer que su junta parroquial sea menos transaccional y más transformativa. Pero recuerde que este es un proceso y que, por lo tanto, puede requerir tiempo y energía hacer que su junta parroquial adopte una postura más transformativa.

  1. Servir en una junta parroquial es una labor sagrada y colaborativa. A diferencia del concepto tradicional del rol de las juntas parroquiales, no es solo sobre el presupuesto, los edificios o la calefacción. El servicio en una junta parroquial es muchísimo más. En esencia, la junta parroquial, en asociación con el rector o el sacerdote a cargo, es responsable por supervisar los aspectos espirituales, de misión, estratégicos, administrativos y fiduciarios de la feligresía. Si bien personas específicas, especialmente miembros del sacerdocio, desempeñan papeles y asumen responsabilidades específicas, la labor de la junta parroquial es un esfuerzo en equipo con rendición de cuentas mutua. Es holística e integral.
  2. Los miembros de la junta parroquial deben representar a toda la comunidad de fe. Independientemente de su participación personal en ministerios o programas específicos, tales como coro, cofradía del altar o extensión, como miembro de la junta directiva debe representar a toda la feligresía y no puede ser un defensor o portavoz de un grupo, actividad o grupo de interés específicos. Al tomar decisiones difíciles, debe considerar las necesidades totales de la feligresía desde un punto de vista de misión y estratégico, especialmente cuando se trata de temas vinculados al presupuesto o a la adjudicación de recursos.
  3. Todos los integrantes de la junta parroquial son valiosos y únicos. Cuando sirve en una junta parroquial, debe aportar todas sus experiencias anteriores: personales, familiares, espirituales y vocacionales. No tema compartir sus destrezas o conocimientos, especialmente sobre temas complejos o técnicos. Sus comentarios son importantes. Al mismo tiempo, sepa que debe prestar atención a otras voces, incluso a las que no compartan sus antecedentes o puntos de vista.
  4. Sea un modelo de discipulado. Las juntas parroquiales no son solo juntas directivas de organizaciones sin ánimo de lucro vinculadas a iglesias. Si bien tiene asuntos importantes que tratar, su rol principal es discernir y poner en práctica lo que Dios está llamando a su feligresía a que sea y haga en un tiempo y espacio específicos. Y eso solo puede ocurrir si la junta parroquial en pleno, así como sus integrantes individuales, participan en prácticas espirituales permanentes y constantes que incluyen culto, oración, estudios bíblicos, retiros y compartir historias de fe. Su experiencia en la junta parroquial debe ser una oportunidad única para pasar a estar más enraizado espiritualmente. Debe avanzar su jornada de toda la vida hacia el discipulado y su capacidad de servir de modelo de esa jornada a otros.
  5. No lo haga solo. El servicio en la junta parroquial no debe ser una experiencia aislante o solitaria, incluso al tratar temas críticos o conflictos serios. Ante todo, recuerde que Dios es la parte principal de su junta. Es por eso que las prácticas espirituales deben ser una parte constante de las reuniones de la junta parroquial. También se tienen los unos a los otros: feligreses de su parroquia que, al igual que usted, están contribuyendo su tiempo, talento y tesoro para el bien de la comunidad. Confíe en sí mismo y en el prójimo. También cuenta con recursos externos para ayudarlo con su trabajo, entre ellos otras parroquias, funcionarios diocesanos y, sí, la Episcopal Church Foundation. Al vivir en su misión, recuerde que la ECF está presente para ir a su lado en esta importante jornada de fe y dedicación.

Una oportunidad, no una tarea sombría

También deseo sugerir que el servicio transformacional en una junta parroquial debe ser personalmente gratificante, vitalizante y divertido. Es una enorme responsabilidad liderar una feligresía, especialmente en épocas en que los números y los recursos están disminuyendo. Pero esas también son épocas de oportunidades increíbles de innovación y exploración de nuevas maneras de ser el Cuerpo de Cristo. Es un momento para celebrar y regocijarse. Todos llevamos vidas muy atareadas y tenemos muchas exigencias sobre nuestro tiempo y energía, pero usted servirá de la mejor manera a sí mismo, a su familia, a sus colegas y a toda la feligresía cuando aborde su participación en la junta parroquial con un sentimiento de alegría y maravilla.

Donald V. Romanik es presidente de la Fundación de la Iglesia Episcopal. Es un fuerte defensor del liderazgo laico y del ministerio para todos los bautizados. Escribe y habla frecuentemente sobre temas relacionados con el liderazgo y el desarrollo de recursos para las comunidades de fe episcopales.

Recursos:

This article is part of the January 2020 Vestry Papers issue on Transformative Vestries