September 2010
Pledging

Lecciones de una Campaña Anual de Donativos

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La Iglesia Episcopal Trinity de Cleveland cuenta con una diversa feligresía de más de 850 personas. Algunos de nosotros hemos sido episcopales desde la cuna y estamos familiarizados con realizar un donativo anual, mientras que otros se han unido recientemente a la Iglesia Episcopal y nunca realizaron un donativo.

Como en todas las iglesias, el 2009 fue un año difícil para Trinity. Nuestro legado había bajado. Muchos de nuestros miembros habían perdido sus empleos y nuestros miembros jubilados sufrieron pérdidas en sus pensiones e inversiones. Nuestra ciudad había perdido un número significativo de habitantes y las ejecuciones hipotecarias eran tristemente comunes. La tasa de desempleo era de más de 9 por ciento y estaba subiendo. La junta parroquial había tenido que tomar decisiones difíciles para reducir personal y programas. Durante una gran parte del año, nuestra deán, Tracey Lind, era la única representante del sacerdocio en nuestro personal.

Si bien los donativos anuales habían estado aumentando todos los años por los últimos diez años, las perspectivas para la campaña de 2010 parecían sombrías. En el pasado, nuestra campaña anual de mayordomía había estado limitada a un pedido por escrito y a un sermón el Domingo de Mayordomía. En el clima económico del otoño de 2009, nuestro enfoque minimalista no iba a funcionar.

Tuvimos la bendición de tener a Bailey Herrington, un sacerdote luterano jubilado y miembro de la feligresía, a cargo de nuestra campaña. Tal vez la experiencia de Baylen como predicador le hizo pensar que una campaña exitosa tenía que estar encabezada por la feligresía y que la feligresía tenía que participar en ella. Bailey aseguró que el ministerio del laicado fuera el tema central de la campaña, como se indicó en el encabezamiento de la carta que se envió a todos los miembros al inicio de la campaña:

"Todos los domingos en culto, la gente de la Catedral Trinity afirma nuestra fe recitando las cinco cláusulas del Pacto Bautismal del Libro de Oración Común de la Iglesia Episcopal:

  • ¿Continuarás en la enseñanza y comunión de los apóstoles, en la fracción del pan y en las oraciones?
  • ¿Perseverarás en resistir al mal, y cuando caigas en pecado, te arrepentirás y te volverás al Señor?
  • ¿Proclamarás por medio de la palabra y el ejemplo las Buenas Nuevas de Dios en Cristo?
  • ¿Buscarás y servirás a Cristo en todas las personas, amando a tu prójimo como a ti mismo?
  • ¿Buscarás y servirás a Cristo en todas las personas, amando a tu prójimo como a ti mismo?

A cada pregunta respondemos: Así lo haré, con el auxilio de Dios.

Cuando renovamos nuestros votos bautismales nosotros mismos estamos renovados y recordamos el llamado de Dios en nuestras vidas y en las vidas de la Catedral Trinity. Todos somos ministros de Dios en virtud de nuestro bautismo y estamos llamados por Dios a proclamar, en palabra y en acción, la justicia, el amor y la misericordia de Dios para toda la creación.

Bailey también creía que teníamos que repetir nuestro mensaje de donativos anuales a menudo y que un solo mensaje el Domingo de Mayordomía de la deán, por más persuasivo que fuera, no sería suficiente. Entendiendo que “la repetición es la madre de todos los donativos”, Bailey y el comité de mayordomía reunió a miembros de la feligresía de todos los segmentos de la población — viejos, jóvenes, empleados y desempleados — para que hablaran en todos los servicios religiosos en domingos sucesivos anteriores al Domingo de Mayordomía. Narraron historias personales de lo que Trinity y la mayordomía significaba para cada uno de ellos y cada uno de ellos se expresó de una manera diferente para llegar a miembros diferentes.

También adoptamos la filosofía “No pregunte; Diga”. Se instruyó a todos los que participaron en la campaña sobre nuestros ministerios y nuestro mensaje se concentró en el ministerio, no en el dinero. Explicamos en qué se invertían los dólares donados y la manera en que el aporte financiero de cada feligrés apoyaba los programas y ministerios importantes para nuestra feligresía.

El Domingo de Mayordomía, un miembro lego de nuestra feligresía predicó. (Humildad genuina impide que comente sobre lo brillante que fue ese sermón). Debido a que muchos de nuestros miembros provienen de tradiciones de fe que no comparten nuestra práctica de donativos anuales, intentamos explicar la importancia de la proyección presupuestaria y del impacto de los donativos sobre los programas y los ministerios.

Debido a que nuestra catedral se encuentra en el medio de un recinto universitario urbano y atrae feligreses de esa comunidad de estudiantes y profesores, estimulamos las ofertas y pagos de donativos en línea y publicamos podcasts de miembros individuales de la feligresía sobre la importancia de nuestra campaña anual. La participación del laicado también fue fundamental en nuestra campaña anual. Todos los miembros que prometieron donativos recibieron una carta personal de agradecimiento firmada por la deán, el encargado del comité de desarrollo y el presidente de la campaña de mayordomía. Los que aumentaron significativamente sus promesas de donativos fueron contactados personalmente, para que pudiéramos expresarles nuestras gracias directamente.

La campaña de 2010 que comenzó con perspectivas sombrías terminó exitosamente con un aumento de un poco más del 6 por ciento frente a 2009. El diecisiete por ciento de nuestros donativos del 2010 fueron nuevos donativos. El cuarenta y uno por ciento fueron donativos incrementados, el treinta y dos por ciento permanecieron iguales a los de 2009 y menos del diez por ciento disminuyeron.

Claramente logramos instruir a los miembros sobre la importancia de la campaña anual y de donar. Con excesiva frecuencia, cuando se trata de la campaña anual les pedimos a nuestros pastores que estén “encima” de la gente. Esperamos que ellos recauden el dinero, lo cobren y rindan cuentas de él. Si realmente creemos en el sacerdocio del legado, entonces es importante que el legado no sólo comparta el trabajo de una campaña anual, sino también que asuma el liderazgo de ese trabajo.

En Trinity creemos que el sacerdocio del laicado involucra a todos los miembros en todas las fases de la vida eclesiástica. Dar es parte de esa vida.

David Posteraro es coadjutor junior de la Catedral Trinity en Cleveland, Ohio, y asociado del bufete de abogados Kohrman Jackson & Krantz, donde ejerce el derecho de propiedad intelectual y empresarial.

This article is part of the September 2010 Vestry Papers issue on Pledging