May 2011
Caring for Each Other

Misión de Unión e Integración

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La misión que me tracé mucho antes de ser sacerdote fue la de ayudar a establecer, expandir y sostener ministerios hispanos/latinos en la Iglesia Episcopal. Cuando visité la Iglesia Episcopal por primera vez fue una congregación angloparlante y yo era el único hispano. Poco después invité a mis amigos hispanos bilingües a conocer y compartir el tesoro que había hallado. Con el correr del tiempo fui conociendo congregaciones episcopales en la diócesis de Massachusetts con ministerios hispanos y me sentí en casa, porque podía alabar a Dios en mi propia lengua.

Aprendí como laico lo que ofrezco como sacerdote: un hogar espiritual hospitalario y lleno de vida. Mi visión como sacerdote es integrarar comunidades de lenguas y culturas diversas en una sola congregación en la que compartimos el espacio sagrado, la liturgia y la misión cristiana, y a la vez creamos intimidad espiritual en Cristo Jesús. De ahí parte mi visión teológica sobre las comunidades cristianas bilingües, que es la de tener solidaridad espiritual, esperanza y amor al compartir la misión que nos enseño Jesucristo y mantener esas características hermosas que nos distinguen como criaturas hechas en la imagen infinita de Dios.

La congregación que abrió sus puertas al ministerio hispano que ahora radica en St. Peter’s - San Pedro en Salem, Massachusetts, fue Grace Church, la Iglesia de Gracia. Nos referimos a Grace como nuestra iglesia “incubadora” porque nos albergó y sostuvo en nuestros comienzos. Después de tres años, el período exploratorio que nos trazamos para determinar si esta aventura sagrada se realizaría o no, nos mudamos a nuestro hogar permanente en San Pedro. ¡El bebé caminó!

Antes de unirnos a la congregación de San Pedro, esos feligreses y su sacerdote habían determinado que deseaban y necesitaban una nueva identidad, porque San Pedro era una pequeña congregación con poca presencia en la comunidad y poca vida dentro de sus cuatro paredes. La mayor parte de los feligreses de San Pedro deseaban integrar la comunidad hispana vecina, pero carecían de recursos financieros y de un sacerdote bilingüe. La visión y la fe de nuestro obispo diocesano de lanzar un nuevo ministerio hispano y trasladarlo a un hogar permanente tras haber determinado nuestra viabilidad permitió que los que buscábamos un nuevo hogar lo encontráramos y que San Pedro tuviera otra oportunidad de vida. Es importante mencionar el deseo y la voluntad que tuvo San Pedro de abrir sus puertas e integrarse de lleno a la comunidad episcopal hispanohablante, así como el proceso de preparación y diálogo de los latinos antes de mudarnos a San Pedro. En las reuniones previas al traslado nos trazamos el objetivo de la integración y no de ocupar el espacio como agregados. Así fue como la nueva congregación de San Pedro - St. Peter’s formuló una visión y misión sagrada común: ser una casa de oración para TODOS (Isaías 56:7) y expandir su presencia y misión en Salem.

Los que han establecido ministerios hispanos conocen las bendiciones y los desafíos de la integración. No es fácil crear una nueva identidad episcopal bilingüe y multicultural porque somos seres humanos y tendemos a ser reacios a los cambios. No obstante, para crecer espiritualmente necesitamos tener la flexibilidad y paciencia necesarias para poder aceptar el proceso de adaptación y cambio. Las cartas de San Pablo afirman lo difícil que fue la transformación espiritual de las comunidades en Corintio, Éfeso, Roma y Tesalónica al convertirse. Si bien lo deseaban, tuvieron que sacrificarse en el proceso de transformar sus identidades en Cristo, ¡pero sabemos que con Dios todo es posible!

Las bendiciones y los desafíos siguen ocurriendo en nuestras comunidades y en la Iglesia San Pedro al explorar nuestra nueva identidad. Entre las bendiciones que hemos vivido en San Pedro están la celebración anual de nuestro Santo Patrón, en la que jóvenes anglos y latinos ofrecen una presentación bailable de música latina para el deleite de todos; la reunión mensual de las Damas Episcopales (ECW), en la que comparten sus platos típicos y planifican sus eventos; la distribución de pañales para las madres pobres en la comunidad, en la que participan unidos anglo e hispanoparlantes; y las reuniones de la junta parroquial, llenas de paciencia, dignidad y respeto mutuo para traducir al español y al inglés lo que se está compartiendo. Esos son momentos de alegría y también de sacrificio, porque no siempre es cómodo, pero sí es necesario para compenetrarnos del todo como comunidad de fe. He observado que las actividades de índole social impulsan la integración comunitaria, porque todos estamos más relajados y tenemos la oportunidad de conocernos como seres humanos diferentes pero unidos. Los desafíos incluyen los aspectos financieros de la vida comunitaria, el reguero que a veces dejan los niños y jóvenes que antes de nuestra llegada no formaban parte de la feligresía y las quejas de feligreses (anglos y latinos) sobre lo largo de las misas bilingües que celebramos con la intención de compenetrarnos.

Los factores que contribuyeron a la transformación de San Pedro incluyeron la visión, la preparación, el deseo, el fervor espiritual y el compromiso de ambas partes de adoptar una cultura y una teología de unión en Cristo. Vivimos nuestra misión y visión cada día al mirarnos a los ojos y reconocer el ser espiritual en el otro, al saludarnos dentro y fuera de la iglesia y al darnos tiempo para explorar juntos una nueva manera de ser una Iglesia Episcopal bilingüe y multicultural.

No cabe duda de que los miembros de nuestras congregaciones Episcopales en comunidades donde viven latinos que desean que sus ministerios de alcance sigan siendo únicamente de índole social aportan mucho a sus comunidades. Sin embargo, les invito a explorar la transformación espiritual y sacramental que proveen las misiones pastorales y litúrgicas en español si su congregación desea ir más allá de lo que le resulta cómodo y familiar. Ser una casa de oración para todos requiere abrirse a lo desconocido y a lo ajeno; no es fácil, pero es una manera de abrir las puertas de la Iglesia Episcopal a inmigrantes deseosos de formar parte de una comunidad sacramental inclusiva y diversa que integra a todas las personas con amor.

Para más información sobre Ministerios Latinos/Hispanos puede comunicarse con el Padre Anthony Guillén, Misionero Hispano (aguillen@episcopalchurch.org) o para información sobre transformación congregacional comuníquese con el Padre Thomas Brackett (tbrackett@episcopalchurch.org).

Vea la página de internet del Ministerio Latino/Hispanos de la Iglesia Episcopal: http://www.episcopalchurch.org/109405_ENG_HTM.htm, donde encontrará la visión estratégica de la Iglesia Episcopal en español: http://www.episcopalchurch.org/documents/Vision_Estrategica_7-09.pdf.

Participe de la próxima conferencia de ministerios Hispanos Nuevo Amanecer en el Centro Kanuga, Hendersonville, NC, en agosto 2012.

El Padre Daniel Vélez Rivera es cosacerdote a cargo de la congregación bilingüe y multicultural de la Iglesia San Pedro - St. Peter’s en Salem, Massachusetts, junto con el Padre Paul Bresnahan.

This article is part of the May 2011 Vestry Papers issue on Caring for Each Other