March 2021
Formation for the Missionary Church

Un ministerio dos en uno crece en Houston

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En un mundo cambiante, la Iglesia Misionera necesita liderazgo y confianza. Esto es lo que hemos descubierto al formar San Romero en St. Christopher’s, en Houston, Texas. El elemento que se tiene que estar presente cuando se planta una nueva congregación cristiana es el liderazgo del Espíritu de Cristo; es su iglesia y su misión.

Yo puedo describir la experiencia de alojar a San Romero y St. Christopher’s en una misma iglesia en una palabra: confiar. Para trabajar juntos tenemos que confiar el uno en el otro, pero, como todos sabemos, la confianza se tiene que adquirir. Yo decidí confiar en Andy Doyle, el Obispo de la Diócesis Episcopal de Texas, desde el momento que me dijo: “te estamos esperando aquí, cuando estés listo”. Yo no escuché ninguna condición en su invitación, y por eso la consideré algunos años más tarde.

Yo confié en los líderes de la diócesis cuando me dijeron: “confiamos en ti.” Ellos confiaron en mi experiencia de ministerio y quisieron que yo presentara el proyecto después de que tuviera la oportunidad de conocer el occidente de Houston. Hizo una gran diferencia también el hecho de que había suficientes fondos dedicados a la misión, esto lo digo sinceramente porque algunas veces se quieren enviar misioneros sin comprometer recursos, a sabiendas que hay recursos disponibles usados para otras prioridades.

Tal vez confío en las personas muy fácilmente, pero el mismo proceso se repitió al escoger a St. Christopher’s como nuestra iglesia anfitriona. El Padre Bob Goolsby y los líderes de la congregación nos abrieron su corazón y su iglesia y siguieron comprometidos con el proyecto incluso después que decidimos que seríamos una congregación separada, que no estaría integrada a su parroquia.

Compartir el espacio y hacer espacio para otros

Cuando las personas son forzadas a estar juntas, la unión puede convertirse en obstáculo. A veces pensamos que, si les pedimos a los demás que hablen nuestro idioma, si vamos a un mismo lugar, al mismo tiempo, tratamos de vernos igual y nunca estamos en desacuerdo con nada, etc., solo entonces podemos ser uno. Pero nosotros somos una iglesia, con personas a quienes se les permite y se les anima a ser diferentes. Hablamos y adoramos en un idioma a la vez. No se requiere integrar a todos en un grupo que piensa igual o que sean de la misma cultura. Lo que sí se nos pide es ser respetuosos y apreciativos de los demás.

Alojar a dos congregaciones diferentes en una iglesia requiere compartir espacio y hacer espacio para otros. Siempre hay complicaciones al compartir espacios, pero un buen liderazgo las maneja con autoridad cuando se ha cimentado la confianza. St. Christopher’s le ha dado uso completo de su campus a San Romero, incluso si no es nuestro. Cuando presentamos el proyecto a la Junta de St. Christopher’s yo estaba listo, como buen misionero, a que me dijeran qué áreas específicas podíamos usar y cuáles no. El Espíritu Santo me ha sorprendido varias veces y una de ellas fue cuando la Junta nos dijo que querían que usáramos todos los edificios e instalaciones, sin excepciones, cuando los necesitáramos y estuvieran disponibles. En esa misma reunión, después de explicarles que iríamos todos los domingos para colocar nuestros instrumentos musicales antes y llevárnoslos después del culto, ellos decidieron que esto no era aceptable y que quitarían dos bancas de su recién remodelado santuario para hacerle espacio a nuestra banda, sin necesidad de quitar y poner todo cada semana. Nuestro ministerio es uno solo.

Por supuesto que ganarse la confianza lleva tiempo y esto solo pasó después de que yo había pasado más de seis meses compartiendo con la gente de St. Christopher’s en todas las oportunidades. Antes de invitar a otras personas tomamos tiempo para conocernos y aprendí a apreciar lo que ellos eran y todo lo que ya habían hecho, y me aseguré de que supieran que yo los respetaría y amaría sin importar lo que pasara.

El Padre Bob Goolsby y yo confiamos uno en el otro, y cuando fue tiempo, presentamos el proyecto a la Diócesis juntos rodeados de nuestros líderes. Debido a que primero formamos confianza, estábamos seguros del llamado a ser dos congregaciones separadas. Cuando San Romero empezó su ministerio público en español, los líderes laicos de Christopher’s participaron en nuestro liderazgo. En ese momento era crucial que ellos les dieran la bienvenida a las personas no a su edificio sino a su iglesia. Plantar a San Romero se convirtió en parte integral de su misión y, con el tiempo, ellos pudieron tomar un paso atrás.

“¿Qué idioma hablas en casa?” era una importante pregunta en nuestra investigación preliminar de los residentes de Spring Branch, Houston. Tenía sentido empezar nuestro ministerio en español cuando nos enteramos de que el 52.8 por ciento de los residentes del área hablan español en casa. Y es bueno sentirse en casa cuando se va a la iglesia. Tenemos que partir de la idea de que somos diferentes. Dios nos ha mostrado que nuestras diferencias no son un problema, a no ser que las convirtamos en problemas.

Nuevo rector, nueva etapa en nuestro ministerio

El Padre Rich Houser heredó el Proyecto de San Romero en 2019, cuando pasó a ser rector de St. Christopher´s y se ganó nuestra confianza. Los líderes tienen que confiar entre sí para compartir en la misión única de Cristo y una de las muchas maneras en las que Dios nos muestra que debemos confiar en Padre Rich es una nueva etapa en nuestro ministerio. En este momento, San Romero se está alistando para la posibilidad de tener sus propias instalaciones. Una de las implicaciones de esto es el llamado a añadir ministerio en inglés, que podría haber causado que nuestras iglesias compitieran por nuevos miembros y presentado un problema.

La respuesta de Padre Rich fue: “Yo no veo el problema, solo tenemos que adaptar nuestros horarios”. Así que, con el apoyo de su Junta Parroquial y nuestro Comité de Obispo, San Romero se encamina ahora a tener culto en español y en inglés. Porque confiamos el uno en el otro, nuestras dos congregaciones ofrecen diferentes opciones de culto y membresía a nuevas personas, en las mismas instalaciones.

Tenemos un ritual que ahora llamo “la movida del lazo.” Para ser dos en uno se nos tiene que permitir ser diferentes. St. Christopher’s es excelente en manejar lo de la pandemia y organizar el culto en persona de manera segura. Nosotros hemos seguido su liderazgo en todo con excepción de un detalle: los lazos para el distanciamiento social. En Romero hay familias numerosas que viven juntas bajo un mismo techo y que vienen a rendir culto a San Romero. No requieren distanciamiento social. El padre Rich nos dijo, “Bueno, pues háganlo a su manera, muevan el lazo si necesitan”. Así que todos los domingos antes de nuestro culto movemos los lazos para responder a nuestras necesidades y después los ponemos como estaban para respetar las de ellos.

La Iglesia Misionera necesita liderazgo y confianza. Yo creo en tratar de escuchar a todos, pero no consultar a todos. Las decisiones y la autoridad son dadas por la congregación a quienes están en liderazgo. Estoy seguro de que hay personas en San Romero y en St. Christopher’s, y algunos de afuera, que no lo entienden. Pueda ser que digan: “¿Por qué tenemos/tienen que mover el lazo? ¿No se pueden acomodar a la manera como lo hacemos nosotros?”. Pero incluso cuando algunos no están de acuerdo con la manera como hacemos las cosas, la respetan porque son tratados con la madurez, responsabilidad, respeto, y la esperanza de sus líderes. Esto aplica a todas las diferencias de opinión. Necesitamos reconocer que somos diferentes, y cuando podemos ser diferentes y aceptar como somos, entonces somos uno en Cristo Jesús, nuestro líder.

Los miembros de St. Christopher’s y San Romero han estado juntos muchas veces. Hemos compartido esfuerzos de servicio social y eventos como el Trunk or Treat, la Bendición de Mascotas, los Huevos de Pascua y Cenizas para el Camino. Hemos estado en primera fila el uno para el otro en cada celebración de nuestras dos congregaciones. No hemos sentido la necesidad de hacer más reuniones o liturgias bilingües porque confiamos en nuestros líderes que nos sirven de puente, y porque nos sentimos en casa en idiomas y herencias culturales diferentes. Todos sabemos que ahí estamos para apoyarnos el uno al otro, y tenemos claro que, aunque no nos reunamos al mismo tiempo y solo nos saludemos y hablemos al vernos entre los servicios, somos dos en uno, todavía una sola iglesia cristiana en la tradición Episcopal.

Unas pocas palabras de los líderes de la Iglesia Episcopal St. Christopher´s

El Rvdo. Rich Houser, rector de la Iglesia Episcopal St. Christopher’s
No hay mucho más que decir, así que no diré mucho. Yo diría que confiar es sumamente importante en estos múltiples ambientes ministeriales. Tenemos a la Iglesia Episcopal San Romero, la Iglesia Episcopal St. Christopher’s, Escuela de Cuidado Infantil St. Christopher’s, Tienda de Segunda St. Christopher’s y el Club de Fútbol Total en nuestra comunidad, sin incluir otros grupos anónimos y locales. Somos muchas personas que compartimos una creencia unificada: St. Christopher’s en Spring Branch es importante para todos nosotros.

Se preguntarán ¿cómo se hace crecer la confianza? Confiar toma tiempo, mucha comunicación, de las diversas maneras de las que se pueden recibir comunicados, acogiendo las diferencias culturales, y ¡un calendario Google centralizado! Un calendario que todos podemos ver definitivamente nos ayuda a notar los hoyos en el camino antes que se vuelvan cerros.

Realmente es un honor que se nos haya encomendado ser anfitriones de la Iglesia Episcopal San Romero y el Rvdo. Uriel López.

De Becky Houser, líder laica de St. St. Christopher’s
Yo era la Guardiana Mayor y acababa de llegar de una misión a Honduras cuando el padre Bob Goolsby nos habló sobre la posibilidad de tener un ministerio hispano en St. Christopher´s. Había estado orando por algo como esto para nuestro ministerio y, cuando Uriel nos escogió fue una respuesta a nuestras oraciones. Yo quería que nuestra iglesia le abriera las puertas a una diversidad mayor de personas, que reflejara de mejor manera a nuestra comunidad local de Spring Branch.

Hemos sido parte del grupo de liderazgo de Uriel desde un principio y oramos el uno por el otro todo el tiempo. Estuvimos presentes al principio de su ministerio público y estuvimos con él cuando tocaron la campana para que San Romero fuera recibido como Asociación Episcopal. Realmente sentimos que su ministerio es parte del nuestro y estamos muy contentos de poder compartir nuestra iglesia con ellos.

De Patricia Pérez, líder laica de San Romero
Yo conocí a Padre Uriel en la casa de una amiga, en una fiesta de familia. En ese momento mi matrimonio se había venido abajo y fuimos con él para consejería matrimonial. Junto con la consejería, mis amigas nos invitaron a que viniéramos un domingo y nos encantó. Aunque la mayoría eran salvadoreños y de otros países, nos sentimos súper acogidos y apapachados.

Durante una de las eucaristías en el primer año yo sentí una poderosa invitación del Espíritu Santo para recibir la Santa Comunión, lo que no había hecho hacía muchos, muchos años, y esto cambió mi vida.
Esta iglesia nos ha ayudado a levantarnos y a valorarnos como pareja. Para gloria de Dios hemos celebrado 27 años juntos. Hemos encontrado a una familia que nos ama incondicionalmente.

El Padre Uriel, su esposa Luisa y otros líderes están siempre cerca y pendiente de nosotros. Especialmente este año pasado que perdí a mis padres recibimos llamadas y visitas a diario. Ellos mismos cocinaron y nos trajeron sopitas y medicinas cuando nos dio la Covid 19 y ofrecieron una novena virtual completa para mi familia cuando murió mi mamá. El amor que se siente en esta familia de San Romero nunca lo he encontrado en ningún otro lugar. Cada domingo siento que vengo a un encuentro familiar, a alimentarme y a renovarme. Siempre hay un mensaje en el sermón que te toca personalmente, siempre hay una enseñanza que puedes usar. Antes había un vacío en mi vida y en mi fe. Ahora me encanta compartir mi experiencia de Dios y de mi iglesia. Me encanta servir y compartir y por eso me enorgullece poder ahora ser miembro del Comité de Obispo de la Iglesia Episcopal San Romero.

El Padre Uriel López hizo ministerio parroquial con la iglesia Católica Romana en la Diócesis de Rockford, Illinois, en los suburbios de Chicago, por 9 años antes de hacer su transición a la Iglesia Episcopal en el 2011. Él tiene gran experiencia en escenarios de iglesias bilingües y en dirigir grupos que hablan inglés y español en una sola comunidad. Fue recibido como sacerdote de la Iglesia Episcopal en la Diócesis de Chicago y sirvió como Rector de la Iglesia del Redentor en Elgin, Illinois por cuatro años. Uriel fue llamado a dirigir la creación de una nueva misión en el occidente de Houston, y ahora es el Vicario de la iglesia que empezó: San Romero Episcopal Church, Houston. Él está casado con María Luisa Mateus Cuesta y ellos tienen dos hijos: Meiby Yeritza y Carlos Uriel.

El Reverendo Rich Houser es el Rector de la Iglesia Episcopal St. Christopher’s en Houston, Texas. Antes de convertirse en el Rector de St. Christopher’s en el 2019 él sirvió en la iglesia Trinity, Houston. El Padre Houser está casado con Trish Houser, Asesora universitaria privada. Ellos tienen dos hijas, Ella Rae y Emmaline; Annie, una gatita de regazo rescatada, y un conejo enano noruego.

Recursos:

This article is part of the March 2021 Vestry Papers issue on Formation for the Missionary Church