July 2010
Discernment

Cultivar una Cultura de Discernimiento

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El liderazgo y la supervisión de las comunidades de fe son de suma importancia. Sin embargo, las iglesias a menudo tienen miembros de la junta parroquial que se desempeñan como administradores de operaciones o defensores de comités o de proyectos específicos, en lugar de desempeñarse como líderes espirituales llamados a concentrarse en el panorama general.

Muy rara vez se entiende el papel de la junta parroquial como el de estimular y cultivar conversaciones permanentes en toda la feligresía sobre lo que puede ser el designio de Dios en la iglesia y el barrio. Pero cuando se recluta a los miembros de la junta parroquial por sus dones de liderazgo y su papel se define como líderes espirituales de la feligresía que, junto con los sacerdotes, forman un equipo de discernimiento, los resultados son evidentes.

Como lo señala Patrick Kiefert en su libro We Are Here Now: A New Missional Era, las viejas maneras de hacer las cosas han dejado de funcionar. Los planes estratégicos de cinco o diez años ya no tienen sentido porque no tenemos la menor idea de cómo será nuestra feligresía o cómo será el mundo dentro de cinco o diez años. Lo que sí se requiere es prestar atención continua y fielmente a la orientación de Dios y a nuestro mundo cambiante. En ese clima, la manera más fructífera en que pueden funcionar una junta parroquial y una feligresía es como un velero – en lugar de una junta corporativa – alerta y suficientemente ágil como para moverse rápidamente para captar los vientos cambiantes.

Las juntas parroquiales y los sacerdotes como un equipo de discernimiento
En la Iglesia Episcopal St. Matthew’s de St. Paul, Minnesota, durante los últimos cinco años hemos estado en una jornada de redefinir el papel de la junta parroquial. Y si bien nuestra junta parroquial sigue cumpliendo con sus responsabilidades canónicas de supervisar el presupuesto y los edificios, la distinción en los cánones entre la autoridad sobre los asuntos espirituales (el rector) y los asuntos temporales (la junta parroquial) es cada vez menos útil. Para ser fieles a la orientación de Dios hemos invitado a los miembros de la junta parroquial a que entiendan su papel como el de un equipo de discernimiento espiritual.

Para este fin, nuestra junta parroquial inició una práctica de oración y un mínimo de veinte minutos de “sumirse en las escrituras” al principio de cada reunión. Esto requiere escuchar la lectura de un texto bíblico y compartir la manera en que un pasaje “captó” nuestra imaginación. Cuando escuchamos las escrituras con atención en comunidad, el Espíritu Santo aparece. No requiere un erudito bíblico; con el correr del tiempo las historias bíblicas se convierten en nuestras historias.

Si bien algunos miembros de la junta parroquial a menudo agachaban la cabeza en un silencio incómodo, a los pocos meses todos llegaban a tiempo a las reuniones de la junta parroquial para no perderse lo que los otros tenían que decir. Cuando empezamos a vincular los textos bíblicos con las conversaciones sobre el presupuesto, supimos que estábamos en un lugar nuevo.

Nuestra comprensión y práctica de discernimiento comunal del propósito de Dios ha evolucionado de una actividad esporádica a nuestra primera vocación y concentración. Para permitir que nuestra junta parroquial se concentre en los retos de adaptación mayores y más complejos que enfrenta nuestra comunidad de fe formamos un equipo administrativo compuesto de gente de nuestra iglesia con experiencia en administración y recursos humanos. Ellos pueden aliviar la carga operativa de la junta parroquial para permitirle concentrarse en temas más generales. También intentamos pasar el mayor número posible de asuntos relacionados con los bienes raíces a un equipo a cargo de ellos. Si bien la junta parroquial es finalmente responsable por adjudicar fondos de mantenimiento a los edificios, sabíamos que no teníamos necesidad de malgastar horas preciosas decidiendo de qué color se debería pintar el salón parroquial, sino en lugar de ello aprovechar el tiempo centrándonos en “temas de peso” en nuestras reuniones.

Nuestros más profundos deseos y dones
Mantener a la junta parroquial bien encaminada con oración, vivir en el mundo y participar en discernimiento en grupo de temas y retos de peso está dando fruto. St. Matthew’s emergió recientemente de un proceso de ocho meses liderado por nuestra junta parroquial en el que participó toda la feligresía dirigido a descubrir adónde nos dirige Dios en nuestra misión. La pregunta que se les hizo a los miembros de nuestra comunidad fue: “Cuando la gente de St. Matthew’s une sus deseos más profundos y sus mayores dones, ¿cuál es el futuro que Dios llama entre nosotros?

Para explorar este interrogante tuvimos grupos no sólo para profundizar las escrituras juntos, sino también para participar en actividades livianas. Artistas pintaron imágenes del futuro al que creían que Dios los estaba orientando, nuestro grupo de jóvenes y personal sacaron fotos de lo que pensaban que era lo que deseaba Dios, padres de niños pequeños compartieron historias favoritas sobre sus hijos que revelaban algo sobre Dios, nuestro equipo de hospitalidad planificó un menú que representaba el futuro previsto por Dios para nosotros y otros construyeron su visión del futuro de nuestra iglesia con Legos.

Por medio de estos ejercicios y de la reflexión teológica sobre lo que surgió, los dones, las pasiones y nuestro futuro están quedando claros. También nos divertimos y llenamos de energía en el proceso. Nuestro próximo paso será aprender a mantener las conversaciones vivas y a llevar nuestras conversaciones sobre “preguntarse” a nuestra comunidad, para aprender de nuestros vecinos.

La realidad de una junta parroquial que ejerce el liderazgo espiritual y que trabaja con el sacerdocio como un equipo de discernimiento ha tenido un enorme impacto positivo.

La Rev. Blair Pogue, rectora de St. Matthew’s Episcopal Church en St. Paul, Minnesota, se empezó a interesar en el discernimiento de grupo y en equipar a los integrantes de la junta parroquial para que fueran los líderes espirituales de sus feligresías cuando fue rectora adjunta de Formación Cristiana de Adultos en la Iglesia Holy Comforter en Vienna, Virginia. En la actualidad es candidata a doctora en Ministerio en Misión y Liderazgo de Feligresías en el Seminario Luterano en St. Paul.

This article is part of the July 2010 Vestry Papers issue on Discernment