May 2, 2014

Meditación Para Mayo, El Mes De Las Madres y De Las Flores

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Para comenzar esta meditación las invito a que se sienten cómodamente y a que despejen la mente.

Exhalen todo lo que sea tensión, preocupación, dolor, y sufrimiento.

Inhalen tranquilidad, paz y armonía. 

Inhalen la alegría de lo que son ustedes: seres humanos, abuelas, madres, mujeres, hijas, hermanas, tías, amigas, dadoras de vida, de protección, guías prudentes, suaves, y bondadosas, guías llenas de amor y sabias de sus hijas, sus hijos y todos los que necesiten oír sus sabios consejos. 

Rodeadas de ese amor que sale de lo más profundo de sus almas, siéntanlo vibrante en todo su ser. Siéntanlo con el corazón abierto y den gracias por tanta vida que las rodea, den gracias por sus sueños, den gracias por su fortaleza, den gracias por la nueva vida, por los planes futuros, por los muchos deseos. 

Ahora las invito a estar presentes, centradas, incorporando, sintiendo y viviendo este momento, viviendo este instante. No piensen en el pasado, no piensen en lo que pueda venir. Céntrense en el aquí y en el ahora. 
Las invito a que miren hacia adentro de su cuerpo y a que lo recorran poco a poco. Recorran la piel, los músculos, los ligamentos que se unen a los huesos, los tendones que flexibilizan nuestro cuerpo, miren hacia los órganos internos que mantienen la vida, los pulmones, los órganos que convierten los alimentos en energía vital. 

Sientan las piernas que nos llevan por distintos caminos, los pies que sostienen todo el peso del cuerpo, los brazos que sostienen y llevan el peso de nuestras tareas cotidianas, las manos con dedos ágiles, esas manos que acarician, manos creadoras de sabores, manos que alimentan, manos que comunican cariño, y ternura. 

Sientan los labios conductores de sonidos y expresiones de canción de cuna, de consejos tiernos, de voz de protesta. Labios y voz que se unen a la mirada a veces compasiva, a veces temerosa, a veces clamando justicia, pidiendo perdón, buscando el alivio de la reconciliación. 

Sientan la vida que fluye por todo su cuerpo y en silencio mírenlo en su todo, y en silencio acúnenlo con ternura, con amor, con admiración. Sientan cómo ese todo de ustedes vibra con la llama sagrada de la vida, creadas en la imagen y semejanza del Espíritu creador, sus cuerpos creación perfecta, única, creación que irradia su propia luz, que engendra otras vidas, creación digna de ser respetada, dignas de ser respetadas por la sabiduría que se obtiene de cada gozo, de cada alegría, de las grandes tragedias, de cada sufrimiento. 

Creación de corazones nobles, corazones amables, corazones generosos siempre listos a proveer, a compartir, a sustentar la vida impulsando oxígeno, sangre limpia y pura fluyendo por cada resquicio de sus cuerpos. 

Abracen ese Espíritu creador que habita en lo más profundo de su ser, ese Espíritu que les da hálitos de vida, ese Espíritu que sana todas las heridas, ese Espíritu que calma todos los dolores, Espíritu de amor que les muestra la belleza del despertar llenas de vida.

Espíritu de amor que goza con sus gozos, Espíritu que goza con sus triunfos, que se deleita al verlas bellas, fuertes, amadas, soñadoras, realistas, valientes, generosas, superadas, empezando de nuevo.

Espíritu cuya fe y confianza en ustedes es firme. Espíritu noble que sabe que sí se puede, que es posible levantarse de las caídas, que sí se puede ser feliz.
  
Las invito a hacerse parte de ese Espíritu inspirador que promete nunca abandonarlas, Espíritu que renueva, transforma y bendice mientras cura las llagas, y dolencias de la vida. Reflexionen en silencio el tiempo que necesiten.